Yo no soy el que ensucia tu orilla
y llena el aire de nubes grises,
no incendio el monte con mi colilla
ni marco el bosque de cicatrices.
Pero soy el que casi impasible
asiste a tu tortura de olor a muerte,
que adorna tu camino de flores tristes
sin tratar de ganarte ni de perderte.
9 Me gusta
Minada
2
1 me gusta
Muchas gracias Ana María. Deberíamos poner de nuestra parte para no descuidar nuestro habitat. Un abrazo.
Sinmi
4
Uff, qué inspiración!!
Encantada de leerte. Saludos cordiales.
1 me gusta
Muchas gracias por tu lectura y comentario. Saludos.
1 me gusta