Sin pena ni gloria

Cómplice de nuestro amor
hoy nos la juega el destino,
cuando en mitad del camino
cobrar nos quiere el favor.
Fácil que en nuestro interior
la gratitud desmerece,
que garantías no ofrece
semejante desventura,
si rayando la locura
de a poco se desvanece.

Que hoy mejor enamorados
estemos, que dando tiros,
o rellenando papiros
con versos envenenados.
Pues es que por todos lados
las batallas se suceden
si amar los cardos no pueden
con espinas a una dama,
que al cielo la historia clama
viendo que ceder no ceden.

Si tanta paz el amor
nos proporciona y anima,
es que el tedio lo elimina
sin malograr el honor.
Por eso mucho fervor
día a día se requiere,
si es que fuera como fuere
cualquier vacío, rellena,
aunque a menudo sin pena
ni gloria, caduco muere.

3 Me gusta