Días en blanco y negro
azotados por la niebla omnipresente.
Moribundos de luces y colores,
oraciones de lúgubres penitentes.
Los campos yacen muertos.
Los árboles no florecen.
No existen los perfumes,
no conservo los olores.
El hastío vuelve,
El cansancio vence.
La ventana está a oscuras,
lágrimas reverdecen.
No encuentro el perdón,
Me abraza el frío de la muerte.
Días en blanco y negro.
Melancolía, pesadumbre, aflicción.
Depresión.
Eterno.
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Hermoso en su tristeza…!
Saludos, José Manuel.
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Gracias María. Un abrazo.
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Gracias por tu hermoso comentario. Un abrazo.
Deisak
7 Septiembre, 2020 20:20
7
Siempre hay días así, y no sé si nos sirven de algo, pero es entonces cuando valoramos los días opuestos a esos. Excelente propuesta la suya José Manuel, hay que liberar el alma con frecuencia.
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Tal vez así hable el brote antes de romper la semilla y salir a la luz…un escrito sincero, que entiende ambos lados de la vida! Saludos, compañero!
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La poesía también puede servir de catarsis para el poeta. Si bien es cierto que no sé si merezco llamarme poeta. Un abrazo compañero.
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Deisak
8 Septiembre, 2020 00:13
11
Sí hombre, pues claro que lo eres, y mucho. Saludos.
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Gracias por tu bonito comentario. Un abrazo.
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