No hay que sentir ansiedad.
No tiene espinas el destino
ni va preparado para dañar.
El tiempo solo es el camino
que vamos haciendo al andar
o estando en el mismo sitio.
Su truco es la simultaneidad
de lo que es en este abismo.
Así mientras la rosa se abre
nosotros nos damos un besito.
Piabay/FreeImages