¡Oh silencio!
Mi silencio,
qué extraño
eres a veces,
silencio
cuando no permites
que el viento
te invada
con el arrullar
de sus ondas
para depositar
el polen
de las palabras
en las celdas
oscuras de mí
silencio,
para convertirse
en el dulce alimento
del sonsonete
de mi silencio.
¡O silencio!
Muy bello poema que en sus versos parece explorar la dualidad del silencio, a veces extraño y cerrado, otras veces abierto al arrullo del viento y las palabras.
Genialmente haces que el silencio poético se transforme en un alimento para el sonsonete, revelando su complejidad y versatilidad.