Sabrás que dejo el as y los alfiles
y las horas, por refrán, en los relojes
y los roces oxidados entre miles
de algunos otros cientos de millones
y el placard que me guarda en tu silueta
y el amor por jirones de bandera
y las noches sin el sueño entorpecido
y el perdón de casi todos los pecados
y el seguro por te quieros al contado
y las ganas de ganar cuando he perdido.
Sabrás que dejo el antes y el después
y la spintria sólo como fruslería
y el tedio de vivir como lo hacía
y lo otro poco si tú me dices ven.