Concédeme un baile en el mar.
Concédeme un beso de esperanza.
Concédeme la mano para que pueda sostenerte
pero tú no me sueltes tampoco.
Cógeme y abrázame con fuerza hasta sentir que ocupo un pequeño lugar dentro de ti.
Concédeme un salto a tu vida.
Concédeme un paseo en helicóptero o en globo aerostático mientras sobrevolamos la
Capadocia.
Concédeme un día entero en el Tibidabo y nos diremos las atracciones que más nos
gustan montarnos.
Préstame tu sudadera favorita y yo te regalaré mi colonia favorita.
(Arrópame con tu olor y viviré en tu fragancia).
Concédeme tu palabra preferida en el idioma que sea y yo te diré una de las mías:
piwkenyeyu, que significa: te llevo en el corazón.
Tengamos la ocasión de convertirnos en capitán y copiloto
en el avión, en el barco, en el coche y en la vida.
Concédeme el tiempo necesario para dejar que siga estando cerca tuyo.
Concédeme una amistad duradera y yo te concederé el lazo inmortal.