Recuérdame
recogiendo mis basuras,
mis miserias, mis locuras,
para quemarme con ellas
los monstruos que llevo dentro,
no quiero que contaminen,
ni el suelo ni las estrellas.
Recuérdame
recitando mis delirios
palabras que mis entrañas
se ahogan hablando de ellas
las letras duelen mi alma
y a pesar de tanto miedo,
no puedo vivir sin ellas.
Recuérdame
como gaviota vencida
de tanto volar la vida…
defendiendo las trincheras
sobreviviendo a mis guerras
mi guerra…
para la paz,
para el amor,
mi guerra…
para vencer,
tanta injusticia y dolor
Y ante el poder y la insidia
para siempre recordarme
y jamás arrodillarme,
“clavos llevan mis rodillas…”
Recuérdame
como simple navegante,
con toda la mar delante
arrastrado a la deriva,
sin remos, ni timonel,
mis sueños buscan la orilla
en un barco de papel
Recuérdame
como un grito en el vacío,
con el eco interrumpido
por el llanto de un bebe
o quizás…
el de algún niño
que grita
paz y cariño,
o una madre sin su piel
Recuérdame
apartado del rebaño
nunca supe adonde van…
ni me fio de pastores,
nunca pisé sus caminos
cuanto más aprendo a diario
ni de mis años me fío
Recuérdame
aprendiendo de las calles
de la humedad de la gente
me aportan sabiduría,
me regalan su nobleza
su bondad y su alegría,
sin importar donde duermen
Recuérdame
como nube pasajera,
como una simple tormenta
que de truenos se alimenta,
recuérdame arrodillado
para besarle los pies
a la inocencia de un niño
Y acuérdate
de la orilla de aquel río,
donde abrazamos el frío
el amor y la escasez
robando frutas del bosque,
un ramo de manzanillas
y mi beso en tus mejillas
Si alguna vez me recuerdas…
Recuerda que no fui nada
no quise ser
ni seré
simplemente una gaviota,
que quiso volar en sueños
y aprender de los humildes
el camino y la verdad,
donde poder saborear
la ansiada felicidad
Si alguna vez me recuerdas,
“yo estaré pensando en ti…
siempre “