Las olas de este mar están besando mis pies
en una luminosa mañana de estío.
He viajado, desde lejos, para ver el océano
crepitando bajo el sol; y, ahora que he llegado,
todo me parece como si, éste hubiese sido mi destino
(desde hace siglos).
He llegado al punto -medio- de mi vida:
Mis antiguos compañeros quedaron atrás;
Tan sólo tengo por recuerdos a ninguna sonrisa y
menos de mirada, frente a la eternidad…
Oigo dulces voces entre las olas y
siento en mi piel placeres ignotos:
Vale la pena haber andado, ¡tantas tierras y tantos días!,
para venir a sentarme en esta tranquila playa.
Ahora me siento diferente, pues habiendo
aprendido nuevas formas de mentir,
mis dedos ya no son flexibles como antaño:
Puedes coger tus cosas y perderte…,
entre los tuyos, que yo… soy pez varado.