Seguridad nadie ofrece

Apenas si descansa la conciencia
mientras pensando a diario permanece,
porque seguridad nadie me ofrece
y el desconfiar le viene ya de herencia.

Así marcado el sino de mi esencia
de importancia de veras que carece,
actuar con discreción según parece
incluso con la máxima prudencia.

Lo que a pensar me llevan pesimista
serán las circunstancias de vacío
que tantas energías me consumen,

que si en medrar he sido yo un artista
de los lunáticos jamás me fío
temiendo que en un fallo me desplumen.

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