De pronto mi corazón seco
como hongo fruncido en madera,
libera el aroma fresco
como quemado por la tuya hoguera.
Se adviene del sol y su calor,
lo mismo que de tus defectos y el tiempo,
porque lo espolvoreo con todo su candor
creando huecos en mis sentimientos.
¡Que la hojarasca cree el fuego
para que en humo y lluvia se conviertan
mis horribles ardides del juego,
mis piadosas bocas que violentan!
Deseo que la más fina tierra
me cubra el pesar del rostro,
para que no me veas y crezcas lejos
para que crezcas lejos y seas de otros.
Para O.C.M.
06/04/21