Junto al limonero
reina el silencio.
No hay sombra que cubra
el sol del recuerdo.
Siempre le veo en mi mente
en medio del huerto,
plantado cual árbol sagrado,
tan quieto y sereno,
cigarrillo en mano,
concentrado el gesto,
cuidando cada detalle,
admirando la belleza
de su pequeño terreno.
Se ha roto la paz de la tarde
dando paso al desconsuelo.
Ya no florece el azahar
ni da fruto el limonero.
Ya en el huerto solo hay pena.
Solo queda su recuerdo.
“Siempre le veo en mi mente
en medio del huerto,
plantado cual árbol sagrado,
tan quieto y sereno,
cigarrillo en mano,
concentrado el gesto,
cuidando cada detalle,
admirando la belleza
de su pequeño terreno.”
Hermoso y entrañable poema de ausencias, compi…
Las bellas imágenes del huerto que describes lo dicen todo.
Y es que nunca se olvidarán!
Un beso fuerte!!
Oh! Una belleza que exalta la figura de tu padre, encarna tu pena. Y el recuerdo aviva su espíritu, que alberga tu corazón.
Precioso homenaje. Un abrazo
¡Versos dictados por el corazón amoroso de una hija para recordar al padre querido!
¡Sentimental y nostálgico tu bello poema, querida Mrs Wallace!
Abrazos cariñosos
El huerto no era su entorno natural y ya ves, amiga, siempre le veo allí. Quizá porque era su paz, su “desconexión” y allí irradiaba serenidad.
Muchas gracias por la empatía y el cariño.
Besitos .