Remota amiga de las piedras saltarinas…
Noche oscura sin luna del eterno relámpago
Añoranza de las otoñales hojas cayendo en tu pecho desde el anaranjado árbol
Un recuerdo sin memoria…
Plenitud de las palabras caen a la hoguera de los desdichados
Amor sin esperanza… sin gratitud y sin expectativa de sueños.
Alma partida en dos por la realidad de la vida
Una parte, dueña de sí misma;
Real y pulcra
La otra, llena de nostalgia, se pudre en el abismo de la magnitud del amor.
Del sabor amargo de tus labios al vino rojo de tu sangre
Las hojas chocan con rabia contra el suelo,
Desplazándose por el aire como bolsas de papel
Movidas por la tierna brisa que emanas.
Ternura de juventud a la que nos agarramos…
Compañía en el lecho
Bosque enigmático por el que paseamos,
Recogiendo setas que corretean por el campo como liebres salvajes.
Se alejan,
Las persigo
Intento alcanzarlas, pero no llego…
Las observo lejos, a lo lejos,
Con mi diminuta mirada incapaz de apreciar lo sutil
Soledad que abarca el cielo y la tierra
Hundimiento de la prosa en un mar rocoso.
Tierra que te atrapa
Agito mis brazos, desesperado,
Intentando agarrarme a tu etérea imagen que se desvanece
Me castigas con tu silencio,
Inmortal al alma y al espíritu del cuerpo.
Búsqueda de la fuente perdida en la frondosidad…
Cascada de juventud que me baña con sus gotas de rocío.
Lluvia impermeable a los sentimientos
¿Miedo a la soledad? Nunca. Abarcamos la búsqueda del sentido ante la imprudencia de la vida.
¿Quién va a quererme a mí, con mi oscura mirada de rudos gestos?
Con mis hojas marchitadas,
Fría sonrisa de anhelos
Sabias palabras ineludibles de una mente fracasad
Rostro abofeteado por el azar
¿Quién va a quererme a mí, lleno de falsas promesas?
Con mi incapacidad de amar; si quiera de quererme a mí mismo.
Me aferro y me apego a la noche,
A ella me agarro
La luna, mi eterna dama del castillo
Amor inmortal de corazones puros
Noche estrellada bajo su luz de abril
Nuestras manos se rozan,
Pero se desprenden del alma
Intento que te quedes, pero te sueltas.
Corazón destruido,
Finos polvos de esperanza permanecen…
Amor que nunca llega,
Añorado por la nostalgia.