Rudyard Kipling: Los Libros son manantiales

(Gran Premio del Certamen: Caridad Pineda in Memoriam (2015) Santiago de Cuba)

En 1958, trabajaba como ayudante de mecánico en un garaje de San Francisco de Paula, cuando llegó un auto con evidentes desperfectos, manejado por una mujer.  Tras detectar el problema (bomba de freno y carburación), Benito, el mecánico, dijo que le tomaría una o dos horas arreglarlo. Ella, sin inmutarse, casi con estoicismo, le respondió que no importaba, que esperaría el tiempo necesario. 
Mientras, la dama se acomodó dentro del automóvil, extrajo de su portafolio un libro, un diccionario y un cuaderno. Yo la miraba sin disimulo, porque me llamó la atención que, siendo mujer y además monja, fuese chofer. Nunca había visto algo igual. Era de una personalidad atrayente, no solo por la pulcritud y elegancia con que llevaba su atuendo religioso, sino por la dulzura con que miraban sus grandes ojos verdes… 

– ¿Cuántos años tienes? –me preguntó.
–Catorce –, respondí.
Quiso saber de mis estudios y le expliqué que estaba en una escuela preparatoria nocturna, que por el día laboraba en el garaje como aprendiz y a cambio, recibía cinco pesos a la semana; además de conocimientos. Me preguntó si me gustaba leer, y al contestarle afirmativamente, se interesó porque le dijera los títulos…
Le mencioné algunos, e incrédula, me hizo comentarle los temas de las lecturas. La impresionaron mis respuestas; pero mayor impresión fue la mía cuando me dijo que era alemana, escritora, poetisa, profesora, traductora, intérprete de varios idiomas… qué sé yo.
Su español era impecable. Me mostró el cuaderno donde tenía traducidos del inglés al español, varios poemas de un libro de Rudyard Kipling. Sacó de su grueso portafolio otro, editado en Argentina ―octubre de 1944―, del escritor alemán Goethe, titulado Werther.
– Es tuyo, te lo regalo, –y lo dejó en mis manos.
– ¿Te gusta la poesía?, –agregó todavía sin dejarme respirar
Se me ocurrió como respuesta, recitarle de memoria el poema: “Reír llorando”, de Juan de Dios Peza, inspirado en el actor británico David Garrick. Conmovida, me besó la frente, y la vi arrancar del cuaderno la página donde tenía traducido el poema de Rudyard Kipling: “SI”:
–Conserva esta joya, cada uno de sus versos es una lección.
Mientras, Benito terminaba la reparación y hacía las pruebas pertinentes:
–Ya está listo, –anunció.
Ella pagó el arreglo y le dejó una propina. No se me olvida. Tomó mis manos entre las suyas y las apretó: “Que Dios te proteja siempre”. Fue lo último que le escuché decir. ¡Cuánto lamento no haberle preguntado su nombre!
Benito, me tildó de negligente, de hablador; pero celebró el hecho de que entretuviera a la monja mientras esperaba.
– ¿Te dio algo? –, me preguntó.
–Una fortuna – le respondí enseñándole el libro y el poema. Su mirada fue pura indiferencia.
.
Aún conservo el libro de Goethe como un tesoro. Sus hojas, ya amarillas por la pátina del tiempo continúan enteras, pero muy frágiles. Han transcurrido los años, mucho tiempo, más lo que narro, me ha llevado al convencimiento de que la vida es un combate continuo, en el que las armas del pensamiento son siempre las triunfantes.
La lectura estimula, enseña, orienta, ensancha los horizontes del pensamiento. “Ser culto, es el único modo de ser libre”, nos enseñó Martí. Hay que leer estas palabras, una vez y otra. Leer nos ata sutilmente al interés por conocerlo todo. En ese afán, sin darnos cuenta nos vamos haciendo más útiles, mejores seres humanos.
En el reloj infatigable del tiempo, todas las horas van pasando sin retroceso. Los instantes perdidos son irrecuperables. Debemos esforzarnos por aprovechar cada momento oportuno para leer: La cultura es necesaria, pero como la tarea de Sísifo, es un objetivo que se persigue, que se cree alcanzar…, y cada día exige nuevos esfuerzos.
Toda lectura, además de proporcionarnos instrucción, entretenimiento y placer, va dejando huellas. Algunas tan marcadas que pasan a formar parte de nuestra existencia. Los libros son manantiales…
La traducción del poema de Rudyard Kipling escrita de puño y letra por la religiosa, la extravié. No me lo perdonaré nunca. Doy por sentado en cambio, afirmo categóricamente, que: “SI”, fue la lectura que marcó mi vida. Y puede que me traicione la memoria, pero así recuerdo sus versos:

IF ⁄ SÍ
Si puedes estar firme, cuando en tu derredor
Todo el mundo se ofusca y te tacha la entereza
Si cuando dudan todos, fías en tu valor
Y al mismo tiempo sabes excusar tus flaquezas
Si sueñas, pero el sueño no se vuelve tu rey
Si piensas, pero el pensar no mengua tus ardores
Si el triunfo y el desastre no te imponen su ley
Si sintiéndote odiado, nunca albergas rencores
Si viajando con reyes del orgullo has triunfado
Si aun logrando la fama tu dignidad procuras
Si eres bueno con todos, pero no demasiado
Si puedes amar sin que llegues a la locura
Si a todos tus amigos los quieres como hermanos
Logrando sin embargo que ninguno te absorba
Si siempre puedes lograr que tu frase sincera
Sea trampa de necios en boca de malvados
Si todas tus ganancias poniendo en un montón
Las arriesgas osado con un golpe de azar
Y las pierdes, y luego, con bravo corazón
Sin hablar de perdidas vuelves a comenzar
Si tú puedes llenar en cada hora los minutos
Con sesenta segundos de combate bravío
Tuya será la Tierra y sus codiciados frutos
Y lo que más importa, serás hombre hijo mío.
Autor.
Pedro M. Calzada Ajete. (@Saltamontes)

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Este es uno de los más grandes y emotivos monumentos de todo lo que se escribe en este espacio ( dicho sea , que todo lo que aquí se escribe es muy bueno). Te Aplaudo Pedro con emoción y te condecoro con rones y estrellas.

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Ahh que buen relato, repleto de sabiduría, del amor y la grandeza que como seres humanos nos aportan las lecturas, todo un mundo por descubrir, muy intenso y profundo, toda una lección de vida!!! Abrazos!!!

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Vaya maravilloso relato, amigo… Lo he disfrutado muchísimo y me ha enganchado de principio a fin. No quería que terminara.
Si todo el mundo leyera más… La incultura es la madre de la intolerancia. Las cabezas huecas son las más peligrosas.
Enhorabuena, Pedro :smiling_face_with_three_hearts:.

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@ludico 1964/@Minada/@walacegere
Mi gratitud enorme a los tres, por sus visitas y comentarios. Me alegra mucho que les haya gustado.
Para Ludico, en éstos momentos disfruto de un traguito de Havana Club, que sería para mi un honor poder compartirlo contigo, con un poco de imaginación, disfrutalo como en realidad.
Un fortísimo abrazo compartido con los tres.
Salud y mucha suerte.

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