Saqué la tumbona
con la intención de sentarme
a la mitad de la banqueta,
soy empleado de los rincones
de las maravillas y vueltas,
de lo rápido y sin atajo,
llevo unas gafas de sol,
una baraja española,
unas cuantas latas de cerveza
y mis chanclas playeras.
Soy un espíritu sonriente
la marca de los años claros,
el espectador y reportero,
y también un bicho raro,
soy amigo del silencio,
soy amante de lo humano,
miro a la gente pasear,
escuchar al aire silbar,
a las ramas mecerse
con la canción que mi alma tararéa.
Y bendigo el arte y el sabor,
lo sentido, lo alabado
el mundo grande,
el mundo chico
las sombras del lugar
y también mi propio espacio,
no estoy perdido,
para mi esto es hacer algo,
soy el polvo,
la presa en la telaraña
el impacto de un trueno
y hasta el ruido que hace la ambulancia,
soy la proyección no requerida,
la religión no profesada
lo importante y a lo que digo luego,
la mascota tirada patas arriba en el suelo,
disfrutando como nadie los rayos de sol,
agradezco el instante y me relajo,
me visto de todos
aunque no todos se vistan de mí,
porque al fin y a cabo,
en la roulette giran todos -
siendo que da igual si el crouppiere
es invisible a nuestros ojos
y entandamos el casino
como serios o cual locos