Con la ventana abierta
al color del ceibal,
espacios con memoria
calles sin asfaltar,
veredas que no pueden…
que ya no quieren hablar.
Llegan gorriones viejos
dispuestos a vibrar,
al escuchar las lonjas
de un viejo carnaval.
Montevideo natal,
yo no te puedo olvidar…
Retales de cometas
al cielo elevarán,
las lágrimas de antaño
perdidas en el mar,
… y botas que han rayado
mis sueños de cristal.
Vuelo de las gaviotas
al ritmo popular
con las caras pintadas
de eterno carnaval,
las murgas me enredaron…
y hasta me hicieron lloran.
Montevideo natal,
yo no te quiero olvidar…
Negros y blancos tambores
que rugen junto al fogón,
pasarela de las calles
que nos anuncian color.
Ritmo libre
y descalzo,
en la fiesta de Momo,
noches de la ilusión
y el corazón,
tablados que me han quebrado,
que me apagaron la voz…
Montevideo natal,
cómo te voy a olvidar…
Y cómo le explico
al tiempo,
lo que me cuesta aceptar,
que queden sólo recuerdos,
son los que intento plasmar.
Y al escribir estas letras
siento mi aliento temblar
y cómo le pido al viento
que me lleve hasta el portal,
donde comenzó la vida,
donde comencé a soñar.
Montevideo natal,
jamás te voy a olvidar…