Las
manos sonríen
sobre el tiempo desnudo, aunque parezca
que lo describen
todo.
Entonces imaginas al erótico crepúsculo, sobre
los labios cuales temblorosos
se revelan.
O repercuten sobre el ámbito descolorido.
Sin embargo, las sombras perfectas
simbolizan el silencio, mientras destella la luna en el pecho.
Y
al mismo tiempo,
los latidos constantes se balancean sobre los recuerdos.
Definitivamente, las nostalgias
circundan por las melodías de la carne, haciendo eco en la conciencia.
O
sobre la noche efímera
y fugaz.
Pero una vez despierta,
habitas creyendo en las penumbras de los anhelos.