Sobre el papel, la punta del lápiz
corre como las yemas de mis dedos
recorrieron tu piel un día, y el amor
con que se impregna el grafito
a los poros del cartón
nació en el fondo de mis ojos
cuando te descubrí desde el borde
de un café y a mitad de una palabra.
Trazo tus perfiles con el pulso que te extraña.
Del abrazo que te di, salen tus medidas,
y mis sístoles marcan la presión
con que dibujo.
Poco a poco emerges desde el blanco.
El color lo ponen mis recuerdos
y eres tú. Otra vez
me miras desde el fondo de la taza
me hablas con tu voz adolescente
te vuelves carne
y te vuelves luz.
Me encanta la imagen que se deja ver tras estos versos… imagino que estoy en un Café cualquiera pero con la compañia que deseo; con el cuerpo de mujer que merece que mis dedos le escriban letras y caricias entre sus 4 puntos cardinales.
Muchas gracias, @Holderlyn, lo de magistral me queda grande, pero me alegra que te trajera esas buenas imágenes. Café y un buen amor… no hay mejor combinación. Abrazo
¡Qué gran cierre! Me emociona mucho descubrir tu poesía, es la primera vez que te leo, y desde que empieza tu poema hasta finalizarlo engancha, conmueve…¡Gracias Noel por acompañarnos!
Hola, @EnidIsais . Pues vaya sorpresa este diploma. No lo esperaba. Más que agradecido, sobre todo porque este reto te haya traído hasta mi poesía. Un abrazo y ya pronto aporto algo más.
Me súper encanta, Noel.
¿Sabes? Me ha recordado al gran Ricardo Arjona… “Juro por mí que solo fui por un café, pero te vi”.
Precioso, precioso poema el tuyo