Se hace tarde,
el sol se esconde
y me hace frío.
Hace tanto
que tengo frío…
Aunque todavía estén
los leños encendidos
o la siesta del verano
intente evaporar los ríos.
Yo seguiré guardando
las manos
en los bolsillos,
releyendo poemas
de color amarillo;
apretando el aliento
en la bufanda
que tejí algún domingo.
Aún cuando la tierra
resople en un bostezo
y jadee como un horno,
estará este frío en mí
rodeando
todos
mis
contornos.
Imagen de Pinterest
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Hermoso poema, Fabiana. Es ese frío interior, a pesar del calor…
Un abrazo.
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Muchas gracias querida María! Un abrazo de calor 
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Qué bonito remate para un poema hermoso.
Abrazo, Fabiana.
(Nota: compañera, debes poner la procedencia/autoría de la imagen)
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Muchas gracias Walla! Perfecto! Gracias por recordarme, Abrazo 
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Se vino un otoño “fríolento” en la Argentina, me dijeron…me dijeron que era bueno el vino para el frío — ya tomé seis garrafones y todavía tiemblo—.
Muy enfático este resabio, resalta la naturaleza de las cosas frías tangenciales a las impresiones creadas por la mente.
—Aplaudo.
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Así es compañero, de pronto bastante frío luego de un bochornoso verano hasta Marzo!. Ahora un buen vino puede hacer magia y quitar la tembladera. Un abrazo. Gracias por tu visita
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¡Me gusta mucho!
¡Es sencillamente encantador! ¡Suena a melancolía!
¡A “tardes grises”, evocando hoy a Amado Nervo, en el aniversario de su muerte!
¡Enhorabuena!

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Muchísimas gracias compañera!! A mí la melancolía me dictó estos versos . Un gran saludo!