Reír en silencio

No hay como reír en silencio,
juntando los labios con suavidad,
haciendo una mueca imperceptible,
mirando a ningún lado, con naturalidad.
Poniendo cara de yo no lo vi ayer,
poniendo sobre el cuerpo una mazorca
de las que van cerradas en la planta.
Poniendo silencio en la piel,
silencio en el cabello,
silencio en la barbilla,
silencio en el sorbo de café.
En las mejillas color neutro,
ausencia en las cejas,
la pestaña apuntando a la nada
y en el rostro una certeza:
No me verás reír, aunque de mí me ría.

No hay como reír en silencio.
Quién pudiera, además,
aprender a morir de a pocos
mientras se está durmiendo.

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