Tras del ribazo
Se atisba la aldea
Los mismos aromas
Las mismas palabras.
Quizás las lagrimas
Asomen contentas
Pues podrá oler su pelo
Explorar sus caderas.
Viene con la falcata
Cubierta de sangre
De enemigos desconocidos
De otras aldeas
Donde no habrá contoneos
Ni diálogos, ni poemas.