Árbol damasquino,
deja que coseche las frutas por tu cuerpo;
albaricoques nacen de tu sexo.
A pasos mojados,
trastabillando,
endulza con tus labios el pomelo.
Rinde pleitesía a los sentidos,
suda el sabor tupido de tus caquis,
encáuzalo en mi pecho.
Tritura las uvas…
oculta las semillas…
pon a fermentar el viñedo.
Piel de cereza al marrasquino,
acaba en tu dulzura;
báñame de almíbar el paladar.