En realidad, todos somos el mismo deseo eterno de amar y ser amados. Poco más hay. Por eso repetimos los mismos gestos desde hace siglos, tenemos los mismos miedos a no ser, deseamos los mismos momentos irrepetibles de cada feliz encuentro.
Saludos @wallacegere .
Esas ráfagas pueden ser acaso también la memoria del eterno retorno que regresa en esos intervalos cíclicos y gigantescos de la humanidad que tanto menciona Nietzsche?
Podría ser acaso la capacidad de esos viajes al futuro, posibles físicamente y demostrados por el genio Stephen Hawking?
Esas ráfagas serán lo que deja el cuerpo material cuando muere, esa energía mental que gravita en el universo, que no se destruye sino que solo se transforma, y que los espíritus sensibles (como los poetas) pueden percibir y atrapar?
Serán también lo grabado en el mundo paralelo del subconsciente, como acto reflejo, como lo reprimido o catalizado, aquello que la moral, lo que se asimiló pero no se pudo interpretar en nuestra más tierna infancia?
Cualquiera que sea que nuestra ciencia y tecnología no se lo explique y alcance, ni la lógica de la razón pura, aquí está la poesía para decirlo y entreverlo, y mostrarlo como posibilidad al mundo