No veo como sanar
a un alma herida.
Como llegar al lodo
y no embarrarme.
Abriéndole compuertas
a la vida,
quizás halle el valor
de embadurnarme.
Vivir es arriesgar,
no atarse a un lastre,
donde la soledad
se abre en tormenta.
Mareas de oscuridad
el cielo barre,
hasta mostrar la luz
de una respuesta.
Postrado está mi sol
que me confiesa,
haber sentido miedo
de apagarse.
El cielo brilla azul
cuando interesa,
que sea la oscuridad
la que se apague.
Fraseo musical; intencional o no, le aporta fluidez a la poemática, en lo conceptual es un sembradío filosófico donde la palabra adecuada tiene dirección en cada significante. Aplausos.
Muchas gracias Wallace.
A veces cuando arriesgas, tomas decisiones en la más intima soledad.
Necesitas de esa esperanza para hallar la respuesta a tus decisiones.
Un abrazo.
Realmente Pedro me dejas sin palabras.
Quizás este sea el poema que más me represente.
La primera estrofa era yo en estado puro hará ahora unos treinta y cinco años.
Cuando lo compuse hace unas semanas, mi mente me hablaba en otras direcciones, pero al leerlo y releerlo comprobé que entonces mi corazón hablaba de mí mismo.
Estás circunstancias supongo que suceden cuando abres tanto el corazón cuando escribes.
Tú comentario me emociona y mucho.
Muchísimas gracias Pedro.
Un gran saludo.
Cuanta maravilla expresada en tus versos.
La vida es un riesgo constante: podemos llegar al cielo o al abismo en un instante con tan sólo una decisión. Un gusto leerte. Saludos cordiales.