Quién sabe si mis cascos bien calientes

Quien sabe si mis cascos bien calientes
a sus banalidades hoy se entregan,
y contra el sol sus perdigones pegan
hasta dejar las neuras inconscientes.

Pues mis glóbulos rojos combatientes,
a los infiernos corren y segregan
a quienes hoy al purgatorio llegan,
sin casta alguna, calvos y sin dientes.

Será que haciéndome sin fe preguntas
obtengo siempre pingües beneficios
que nunca al fisco por pudor declaro,

porque siendo virtuales y presuntas
conocedor ya soy de mil oficios
aunque luego las bromas salgan caras.

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