Trastiendas de mis ayeres,
y desvanes de mis tiempos.
Gitanillas y belenes
por mis rincones de sueños.
Brotan anís y claveles,
encendiendo los deseos,
con fiebres de misereres
apuñalando mis besos.
Suspiros suenan a mieles,
cascabeles de los tiemblos
con llamaradas de pieles
acariciadas de anhelos
De noches y amaneceres
Los desvanes están llenos.
Quiero ganar más amores
con más placeres de aquellos
¡Lenguas! ¡llamas! ¡rosetones!
Vendo cada amor al peso
de caricias indelebles,
para tener uno nuevo.