Que fué

La rara piedra apretada de Livila,
ese ámbar cuyo aroma recuerda
al incienso quemado en las aras,
hallada en el confín del universo.

Aquella clara amatista
que Nerón usaba de lupa
para ver por su rosado cuerpo
la rojiza arena del coliseo.

El oro fundido que se tragó Craso
implorando por su vida
cuando los partos le apresaron
-él, el rico Craso- indigestado.

Y todo, que ahora es nada,
en este momento, que fue,
que ha sido, que está siendo,
y que se consume de pasada

como en un fuego que no vemos,
pero ese beso escarlata que me diste
ni por ámbar, amatistas u oro lo cambio,
-que fue, que ha sido, que está siendo-.

3 Me gusta