Y se apeó.
Un insignificante segundo
se descuelga
de ese arduo engranaje
que determina un instante
en el ahora,
hastiado de ser
la perpetua excusa
de un inocente retraso.
Tan solo un segundo después
al que cierra la línea
de embarque.
Por solo un segundo
un adiós
no obtuvo respuesta.
En solo un segundo
la vida
se quedó sin aire.
Cuestión de un segundo
y tal vez…
Ya es tarde.
¿Que puede haber
de un segundo en un minuto,
de un minuto en una hora?
Quizás un segundo de lucidez
que al minuto se evapora
Busco hallar aquel segundo
que la extraiga de la sombra,
que la devuelva su ser.
Ya no hay segundo de vuelta,
hoy ya un minuto no basta.
Se marchó sin darse cuenta,
me quedé con su coraza.
Muchísimas gracias Alejandro por tu acertado comentario.
Este poema está inspirado en las personas que poco a poco van perdiendo su memoria, su identidad, hasta dejar de ser ellas mismas.
Un fuerte abrazo amigo poeta.
Y ese tiempo, a veces se lleva de manera irreparable todo cuanto hemos sido, nuestros recuerdos, nuestra memoria, nuestra identidad, dejándonos muy vulnerables.
Para esas personas, y aquellas que con tanto cariño las cuidan, son a las que dedico y en las que me he inspirado al componer este poema.
Muchas gracias por tu comentario.
Un fuerte abrazo María, que pases un buen fin de semana.
Muchísimas gracias a tí Artemisa, sé por personas allegadas de la gran labor que hacéis.
El desgaste físico y sobretodo emocional que sufrís las personas que desempeñais esa labor es tan demoledor, que efectivamente, no sé de dónde sacáis las fuerzas.
Mi admiración para todos vosotros.
Un fuerte abrazo.
Muchísimas gracias Ana por tú amable comentario.
En esa estrofa hago incapié en el valor que tiene ese segundo de lucidez que tan apreciado se vuelve en las personas que poco a poco van careciendo de él, y sobretodo en aquellas personas que las cuidan.
Un saludo cordial.