Ese animal que revienta los burkas mentales
y esquiva las verjas de acero más altas,
ese animal que quebranta las leyes, las normas
y deja que el miedo se asuste a sí mismo…
Ese animal que se lanza del barco en la noche
y grita aun sabiendo que nadie lo escucha,
ese animal que resiste a la lluvia más densa
y aprieta los puños de rabia y coraje…
Ese animal ancestral al que no hay escopeta
ni dardo moral que lo pueda frenar,
ese animal imponente que lucha sin tregua
en mitad de decoros, recato y pudores…
Bestia ambiciosa que ignora confines y formas,
que ruge en la aurora primera del tiempo;
bestia que acecha los prados más verdes y libres,
que escarba en el pecho el camino a la acción…
Fiera indomable y certera que habitas lo mismo
las tripas del hombre vulgar y erudito,
que el vientre del necio, el poeta o el monarca;
fiera indomable y certera que habitas lo mismo…
Eres el lazo al origen del cielo y la tierra,
la voz que recuerda que somos salvajes,
eres la lengua que quiso cortar el poder
para hacer de nosotros a un perro sumiso.
Ahh que ilustrativos y reflexivos tus recios y certeros versos!!!el poder abrumador del instinto innato? , adquirido? , incentivado?, muy bueno, poeta!!!
Somos un misterio de la Naturaleza,David. Animales pensantes que,no obstante,solemos utilizar nuestro raciocinio tanto para las grandes obras como para las grandes catástrofes.
¿Será por aquello del instinto animal que nos sigue dominando en el fondo?
Excelente reflexión con cuerpo de poema.
Una llamada a lo primigenio, a lo desnudo, a lo que en un principio fuimos, a lo que debemos ser.
Este poema me ha llenado el pecho de un hálito que a veces se esfuma.
Gracias por ello, amigo
