Llevo tatuado
desde hace años
la rosa y el beso…
Tu sonrisa,
esa estrella cruzando,
esa miel a flor de labios…
Llevo grabadas
estas ganas
y este latido indomable,
esa fijación
de ojos viajeros,
deseosos de conquistar
el país de tus caderas…
Llevo anclados
mil desvelos
con tu nombre en la portada
y tus caricias cómo epílogo…
Llevo atada al cuello,
la dulce prenda
de tus ojos…
Ese cielo en tus pupilas…
Y llevo clavado
en medio del pecho
tu sentir…
Fuego en invierno,
refugio de tormentas,
puerto del navegante…
Es tu alma
esa eterna luz
que me toma,
que me salva…