¿Cómo se puede vivir en paz,
si el viento que viene del Este
amenaza con tumbar tu casa?
¿Cómo se puede crecer con amor
si el odio cae silbando, y con gran estruendo
destruye tu pasado y sepulta tu futuro?
¿Cómo se puede alcanzar la felicidad,
si se vive en una eterna noche triste?
Con sirenas anunciando la muerte
y el miedo recorriendo las calles.
Cuando solo queda la ilusión de que
todo acabe, antes que se ocupe el dolor
de desocuparse de nosotros.
¿Dónde crecerán los niños de la guerra?
En un patio, abrazando sus juguetes,
o en una fila, esperando que llegue su turno,
para ocuparse de los asuntos pendientes,
que los mayores no pudieron realizar.
Dejando que llueva en sus manos, y abrazando
lo que queda del día, para despedirse
de un tiempo que ya no les pertenece más.
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Muy verdadero Carlos.
Un saludo
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Hermoso poema lleno de verdad…
Me ha recordado el bombardeo de ayer en la franja de Gaza, los gritos de los niños, el horror…
Muchas preguntas vienen a mi boca…
Un saludo, poeta!!
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Buenos versos para una cruda realidad. Quizá nos recuerden hoy a Gaza, pero, por desgracia, en un lugar u otro del mundo, siempre estarán de actualidad.
Abrazo, compañero.
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Saludos María. Gracias por percibir el sentido el poema.
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Te agradezco el comentario poeta, en verdad hay más de un lugar en que la violencia se ensaña con los niños, y no debemos dejarlo pasar. Saludos,
Una realidad que no cesa, como no debe cesar nuestro esfuerzo por vivir en un mundo mejor. Que tal vez ayude a construir en algo la poesía. Saludos poeta y gracias por tu comentario.
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La guerra es lo más cruel e inaceptable que existe. Preciosa denuncia a esa guerra que viene del este y asola a seres tan humanos como nosotros. Un aplauso❤️
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Gracias por manifestar una preocupación que a la distancia compartimos, por una violencia que nos debe tocar a todos y rechazarla, aquí o allá. Saludos poeta.