A trasluz me seduce la muñeca afilada
que pespunta la infancia,
mientras asoma el piélago estrecho de tus ingles,
y las pelusas ruedan como sudor acrílico,
los huesos en cadena del viejo mono-ciclo
y el lunes de los sábados bisiestos,
y el clímax de los signos del zodiaco
nos cambian la figura,
inician el albur de la tinta,
donde antes solo había apocatástasis.
4 Me gusta