Esta noche, caminante,
se pararán mis pisadas
que las dejé abandonadas
para siempre al caminar.
Todo lo fue mi camino
entre el paso de la gente,
clavándome indiferente
la esperanza de claudicar.
Yo igual, como todo un día,
hasta el vacío he llegado
porque mis pasos han dado
el último desandar.
Entre tus excelentes letras se dibuja el final de un viaje personal.
Viaje marcado por el abandono, la soledad y la aceptación del inevitable fin del camino.
Siempre es un placer leerte, Alejandro!
Saludos y gracias…
El que endereza camino a Fuerza de voluntad
Aunque este en cuatro paredes su alma vive en libertad —Aplaudo, gran poema.
Siempre andando, nunca paralizado.
¡Saludos y gracias!
No hay que claudicar, hay que seguir el camino que trazamos aunque tenga tramos casi imposibles de salvar…
Muy hermoso. Un abrazo, Duval!
Un abrazo para ti tambien, Mari♡!
Se acaba un camino, pero comienza otro, la vida es un constante caminar, a pesar de las dificultades. Encantada de leerte. Saludos cordiales. 