Mi poesía,
teme ser susurrada.
Tras sus ojos,
de momento,
desenmascarada.
Ella es la escondida,
la sumergida, muda,
desnuda,
la con faldas,
Catarina
y la Iota.
Ella es la desprendida.
a la mar.
Sus heridas
tendidas
al azar,
entre mis dedos.
Ella es la de las trenzas,
la que llora tras coludos,
sin acuarelas,
la que sin alas,
vuela
en el vacío,
mudo.
Ella es incluso un querubín
que solloza al imponente sol,
acaso en búsqueda de conquistar
o ser conquistada.
Ella es tierna en su locura
no es rima, no es libre,
es oscura,
cuando abre su armadura
donde esconde ella,
mi poesía.