En el crepúsculo del atardecer
el purpurado mando de la noche
camina en el silencio del trovador
y las desbocadas estrofas del poeta
se dirigen a la campa de la luna
donde el meticuloso escritor las espera
encadenando rimas,
dejando que la rima libre
sea el Tenor
que se pasee en los versos
de un poema sin nombre.
“Quiero soledad y silencio
quiero el aire de tú sentimiento,
volar en el viento
llevando tus recuerdos
hasta el infinito de tus sueños
llenado la vida
de ilusión y esperanza…”
Pippo Bunorrotri