La vida no es una película. Tampoco puede definirse en un sexo. Solo es algo que te da como mismo te quita. Aunque no tenga razón para hacerlo. O lo que es peor: muchas veces te da o te quita sin que lo merezcamos realmente. La vida no tiene nombre; ni sabor ni un color que la identifique. Para unos es negra, cuando otros viven en blanco. Hay quienes disfrutan lo dulce, y también quien bebe lo amargo. Porque la vida es como el teatro. Quizás no al estilo de “Romeo y Julieta”, cuando conserva el sentido de lo cómico y lo trágico. A veces tiene la forma de un elevador, para estar un rato arriba, y otro poco abajo. El ciclo es el mismo, nadie puede evitarlo, porque la ley está escrita: ¡eso es sagrado! Y si el origen fuese divino, la vida sería más que un pasaje bíblico, eximida del pecado. La vida entonces sería una bendición, o mejor un regalo, pero de los que dura poco, y por eso hay que disfrutarlo.
Geobanys, Me parece que tu prosa reflexiona de manera franca y profunda sobre la naturaleza de la vida.
Hábilmente resaltas la impredecibilidad y la diversidad de experiencias que ofrece, comparándola con un teatro donde se entrelazan lo cómico y lo trágico.
En tus versos también señalas la importancia de apreciar la vida como un regalo fugaz que debemos disfrutar plenamente.
Muy sabia tu prosa, compañero!
Muchas gracias por sus palabras. Es un homenaje a la vida. Una invitación a vivir, sin perder la fe en lo que somos o queremos. Bendiciones para tod@s!
Un texto maravilloso, lo digo por el concepto individual que el autor arma sobre la vida, en un reducto de sus experiencias más significativas; desde luego que sabemos, que la vida es mucho más que film y tabla, pero la representación es válida por eso mismo, por representativa. Yo la Aplaudo desde Argentina.