Mi padre conducía un viejo camión soviético de los años setenta con el que daba de comer a mi y a mis hermanos. En ocasiones hacía de mecánico, revisaba el motor y los frenos, para solucionar el problema y lanzarlo nuevamente a la carretera. El poema es un camión que hay que saber desarmar, dar mantenimiento a cada verso y hacer que arranque. Un fallo técnico puede costar vidas.
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Cualquier pequeño fallo… ya lo creo!
Muy bueno!
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Muchas vidas puede costar un poema jjjj
Me gusta tu prosa.
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Me alegran mucho tus palabras gracias.
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