Hay una llave que abre
otra que se queda atascada
otra que cierra.
Hay una puerta siempre cerrada
otra entreabierta
otra siempre abierta.
Y, a escondidas,
miradas que te observan
miradas que te desafían
miradas que te suplican.
Hay una llave que la llevas
siempre contigo.
Y todos te tienen miedo,
bajan la vista a tu paso.
Saben que puedes destruir,
dominas las mentes
manipulas al mundo.
Todos quieren mi llave
todos esperan un mínimo desliz tuyo,
nadie se atreve a desafiarte abiertamente.
Comen mis sobras
violo a sus mujeres
robo a sus niños
que mendigan
unas monedas para mi
ofrezco alcohol gratis a sus maridos,
de vez en cuando,
inundó las ciudades de droga
para seguir manteniendo
a la población sumisa,
y seguir teniendo la llave
bajo mi control.
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La llave de quien ostenta el poder, de quienes nunca lo pierden a base de manipulación y coacción.
Me ha traído a la mente a “El show de Truman”. Y a Pegasus.
Buen poema, Enrique.
Muchas gracias Walacegere.
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qué me gusta leerte, Enrique! 