Después de mucho observar
escuchando detenidamente
tantas aguas, ríos y fuentes
y muchas más olas del mar,
después de tanto y tanto mirar,
he llegado a ser consciente
que el agua al agua entretiene
y no le importa nada lo demás.
Pero si nadie ha podido escuchar
el cascabeleo de esa corriente,
la canción que cantaba riente,
ni el agua, han existido jamás.
Como me ocurre siempre contigo
no me miras ni para respirar,
centrada en tu propio ombligo
presa en tus fronteras de dedal.