Más acá hubo un flor
de otras nostalgias
que hizo nido en la puerta
de los sueños,
deseosa de espiar por la ventana.
Era una flor hermosa y delicada,
que padeció la sed de la esperanza
presa de algún invierno despiadado,
y pereció silente y desbordada
de agónicas sonrisas
y abrazos a la nada.
Cuando todo fue sombra,
supo, que la eterna sonrisa
es nube pasajera
en los cielos del alma.
Hoy aquí su perfume
vaga errante, disperso,
desesperado huele
a viejas primaveras,
y emerge velozmente,
chocando contra el techo,
y ronda por la casa
pintada de humedades,
y en un medio segundo se detiene,
de súbito, doblado de nostalgia,
y vuelve hasta el florero
reseco de esperanza,
refugio recurrente,
y se encierra temblando
de ansiedad y de miedo,
mirando a la ventana…
@Marcos, mi admiración por fusionar en un poema tantos temas y por la creatividad para recrear en una atmósfera específica un sentimiento nostálgico tan hermoso.