Pasos que suben, bajan
se desmontan
y añaden más pasos,
alguna que otra colilla dormida
con su DNI incorporado,
hojas desvanecidas
muriendo al alba,
árboles moviendo sus melenas,
enrrollando la noche
de gemidos de vientos
y humo de chimeneas,
un barrendero bostezando
en la acera,
una mujer que pregunta
si el autobús
sale a menos diez.
Sigo con mi carrera de cienpies
transitando ensimismada,
calles a la luz de farolas
acariciadas por la aurora,
vomito pensamientos
que se disuelven,
razones que esclavizan
y se expanden,
y se pasean
como estelas interminables
Ángeles Torres