Para ellos

Dos almas que se fundieron
en amor, en ilusiones,
dos seres que trascendieron
sus propias limitaciones.

No desviaron su camino,
dos seres maravillosos,
encontraron su destino
fueron padres amorosos.

Conquistaron corazones,
enfrentaron los problemas,
y múltiples decepciones.
Esperanza y fe, sus lemas.

Procrearon cuatro milagros.
Viven solo dos hermanos,
fe, amor a Dios, sus logros.
A distancia, unen sus manos.

Alabemos al Salvador
por habernos dado padres,
alabemos al Creador
porque fueron siempre “padres”.

Dedicado a mis padres Mario y Fita.
A mis hermanos Dulce María del Socorro y Rafael.
Todos en La Paz del Divino Redentor.

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