Como un muñeco de feria
para adacadabras submarinos,
de consciencia muy estrecha
sacude las pulgas muy mohino.
No se cuanto lleva huyendo
en los montes como cabra,
y a veces como renacuajo,
con su vocación de rana.
Lo vi con un papel arrugado
que casi se había comido.
Parece parte de un panfleto
que yo a pasarlo me limito:
“Tomemos la sartén por el mango
y dejemos listos y preparados
cada uno de los cuatro machetes
Busquemos como hacer frente
a este cielo enladrillado
que cuida que no despierte
esta muchedumbre de borregos,
que andan siempre adormilados.
Sus esperanzas se las barrieron,
quedaron con basuras y sarcasmos
debajo del felpudo de sus dueños”.
Nada más de él, ya se podía leer
y yo muy fidedigno aquí os lo dejo.
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