Pálida y triste
en las regiones nacidas
del anhelo inconcluso,
en canciones deliberadas
de ocasos y heridas.
Tus colores
envuelven y conquistan mis sombras,
color de luna y labios estivales,
nuestras distancias se acortan
y el encuentro nos persigue.
Y te veo desde mis márgenes,
desde mi árbol de tragedias
y desde todos mis finales.
Eres amada con los rigores de mi alma.
Quiero ser de ti,
pero no sin tus besos.
Quiero ser de ti,
pero no sin tu ansia y soledad.
Mi elegida, mi no ignorada,
esperanza en la que rompen sus olas
las fuerzas de mi vida y mi deseo,
amada y libre,
anclada en mis adentros
libertando testarudas aves,
libertando mis osadas cadenas.
Pálida y triste, la noche nos elige,
la noche atemporal. La fugaz noche.
Pero tus manos son mi noche.
El olvido nos pretende,
pero de nosotros no hay memoria,
eres amada con las venturas de quien ama.
Pálida y triste, amada y libre,
el encuentro nos persigue
y mi anhelo guardas
en las orillas
de tu mirada
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Hermoso poema! Saludos.
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Precioso poema, compañero.
Un saludo.
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Tu poema es un bello canto al amor real y cercano,con todas sus luces y sombras,que es como debe de ser el amor. Gran poema.
Saludos.
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Un poema muy bello… mucho!
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Gracias Jeronimo, saludos
Gracias Carmen, qué bueno que guste. Feliz domingo
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Gracias, saludos
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Saludos María, gracias
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Que bello poema !!
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Gracias Selene, feliz domingo
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Muy bueno
Felicidades
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