Otro gallo

Oigo a la tormenta zumbando
arañando furiosa las ventanas
golpeándolas como campanas,
era como si aquí no pasa nada.

Pero cuando se puso a llover,
era otro el gallo que cantaba,
tocando el porqué de lágrimas,
arañando las heridas de mi alma.

Otro gallo
Pixabay/ractapopulous / 2998 images

3 Me gusta

Tenia dos gallos Eusebio, uno se me fue en un do sostenido y el otro me lo comí en una sopa, ahora solo me queda tu poema el «otro gallo.»

1 me gusta

Lo siento por ti. Este te estropeará la sopa
Muchas gracias y un cordial saludo

1 me gusta