La tarde me pregunta cuándo llegará el otoño,
no he sabido contestar
a un deseo compartido.
Tal vez al estar de paso, perdemos la capacidad de amar,
ser útil como precepto,
sutiles mineros viejos,
horadando la verdad,
presos en los padres nuestros…
no he podido contestar
desde mi lengua de sopa.
Casi… la noche,
vuelve la copla al aullido, a demandar sin piedad
cuándo termina el verano…
muerdo con dientes de agua, rebusco dígitos ciertos,
sin embargo, no lo sé;
padezco este mal de altura
de homo sapiens capturado
en una entidad de tiempo…
no he podido contestar
la experiencia del pasado.
Surge la transparencia del día sin melodía distinta,
tañen campanas ardiendo,
solicitando septiembres…
Escucho latir solemne y palomas espantadas,
veo a un niño liberando su cometa;
el cielo se ve tan cerca…
una nube pálida entorpeciendo el añil,
en inservible presagio, carece de alma…
Ese otoño tan esquivo y tan necesario, quizás nunca encontrado o tal vez perdido entre la memoria y un cierre magnífico con ese sueño quizás no soñado pero deseado, poeta!!!
Aprecio tus comentarios, creo que lees magníficamente el aire del que escribe y eso, da una calidad poética del receptor , a mi modo de ver, muy buena.
Hay momentos en que nos ocultamos de algo para salvarnos, buscamos la libertad encerrandonos en algo o alguien. Muy profundo y hermoso. Saludos cordiales.