La muerte en tu cintura se inaugura,
en el fétido equipaje del sueño,
en tus labios de perfecto diseño
para acoger la sombra más oscura.
Tu memoria es un prado de dulzura,
una osamenta de nieve y empeño;
la cordillera, interior, ya sin dueño,
derramando su silueta más pura
Tu presencia es la nieve más dormida;
que enhebra en copos de melancolía,
la esencia de tu luz más escondida.
¿Qué quedará de aquello que te hería;
de la ceniza, ardiente, de tu vida,
cuando se hunda tu altiva alegría?
10 Me gusta
Erato
2
Las obscuras sombras nunca han sido tan bellas, como las narradas en ese soneto, enhorabuena!
Saludos, Maria Mercedes
1 me gusta
Gracias por tu comentario. Un saludo.
1 me gusta
Gracias por tus palabras que son un acicate para seguir creando.

1 me gusta
Una maravilla como siempre.
Un abrazo compañero.
1 me gusta
Gracias Te debo unos cafés. Saludos.
1 me gusta
Precioso y tierno soneto, todo un canto a la dulzura, poeta!!!
1 me gusta
Gracias por tus comentarios. Un saludo.
Vale.
Te tomo la palabra. 
1 me gusta
Rraffa
12
Magnífico soneto. Un placer leerlo. Saludos.
1 me gusta
Sinmi
13
Precioso soneto. Saludos poéticos.
1 me gusta
Gracias. Me alegro que te guste. Un saludo.
1 me gusta