Pienso y miro de reojo
a esa sonrisa que huyó
detrás de un mar de acongojo,
quién sabe a dónde zarpó
Quizá a una cruel desidia surcó
Ya no es halo de certezas
imaginar en las sutilezas
los sinsabores que perdí
y los instantes que reí
para llorarlos con tibieza
Yo me desnudo
en el limbo y entretanto
entonando con garganta y su nudo
eternos eclipses de llanto
en este averno menudo