Rene lleva en el hospital psiquiátrico varios meses. No responde preguntas a nadie. Habla y se contesta a sí mismo con tono de voz dulce, audible a quiénes se sitúan cerca de él. Según los que han logrado oírlo, menciona a la naturaleza, a Dios y sus creaciones, entre ellas a una mujer que vio reflejada en el agua de un manantial, pero que al volverse para mirarla mejor, desapareció. Desde entonces, es su locura. A veces, toma de alguna planta un gajito, y hace como si pintara en el suelo con él, contemplando su obra invisible con ojos y sonrisa de placer. Tanta era su obsesión, que despertó el interés y curiosidad de todos. A un médico se le ocurrió poner a su lado un juego de crayones y pinceles; pinturas de óleo y cartulinas. René lo miró agradecido y -¡Oh, milagros!-, Le dijo: ¡Gracias!
Al día siguiente pintó un paisaje representando u arroyo rodeado de espléndida vegetación, destacándose en primer plano una mujer de formas perfectas, hermoso rostro y radiantes ojos verdes.
El cuadro, se exhibe en el hospital. René habla con todos. Ya está bien, pero se niega a ser dado de alta.
Autor: Pedro Manuel Calzada ajete: @Saltamontes