Especie de espejismo, quimera de luz pura,
pareces un planeta girando en derredor.
Te sonrojas y ríes ante una mariposa
y apilas en tus manos,
las espigas que nacen en medio del calor.
Conversas con la aurora, te enamoras y lloras,
te miras al espejo acumulando años,
implorándole a Dios.
Esperas nueve lunas que crezca tu cintura.
Te conviertes en madre, en jardín florecido
y no importa si duermes o te alcanza la aurora
y calmas con arrullos y nanas musitadas,
el sollozo impaciente de tu hijo que llora.
Vaso sagrado para guardar dulzura.
Conoce de memoria, la ruta calientita del sol
que construye puentes fuertes,
para que pases…tú.
4 Me gusta
Un maravilloso canto a la vida Lucia.
Una maravilla de poema, Lucía!!!
Está lleno de una ternura infinita y preciosa!! Hasta el título es bonito…
Me encantó, amiga!
Abrazo fuerte, poeta.
Ahh que bonito y que tierno, es muy lírico, y entrañable el fruto amoroso tras esas nueve lunas!! Precioso poeta!!!